domingo, 28 de marzo de 2010

Gema y Pavel cantan Aixa de Vanito Brown - Ginebra 2007

Antonio Vega

Las canciones, como los poemas, muchas veces brotan de los chispazos que nos provocan las pequeñas cosas. Meras casualidades, en las que una melodía aparece de repente para acompañar el sentimiento que nos arranca cualquier hecho cotidiano. La magia del azar como fuente, que posibilita eternos encuentros y desencuentros con la vida. Ver Vídeo



Aixa fue una canción que nació de esa manera hace ya una veintena de años en La Habana. Su autor, Vanito Brown tenía, por entonces, una novia y ella una hermanita llamada Aixa. Uno de aquellos días, en que solía dejarse caer por la casa familiar, fue testigo de una leve regañina del padre a la niña; ese fue el mágico jugo que hizo ovular la creación, para eclosionar en un cuentecito infatil, lleno de ternura, doble sentido y sensibilidad. La canción estaba ahí, viva, latente, aunque "imperfecta e inacabada" en su estructura, que 'perdía la dirección', como dice la letra y reconoce todavía hoy el propio Vanito.

Preguntado por ella, confiesa que él nunca pensó que llegaría a grabarse y no la tenía entre sus preferidas. Pero un buen día, Pavel Urquiza, magistralmente, la tomó, la moldeó, y la hizo suya y de Gema, para incoporporarla a su disco "Cosa de Broma", editado en 1996. Desde entonces, Aixa cautiva con su sencillez a todos aquellos que la escuchan, tocándoles con tremenda facilidad las fibras del corazón.

Vanito siempre se ha mostrado sorprendido por la magia que despierta esta canción, y lo atribuye a "la ternura y sensibilidad de un cuentecito infantil, en la que todos alguna vez podimos vernos reflejados". Un mérito que, por supuesto, recae - dice - en la genialidad musical de Pavel, quien logró "engrandecerla con sus arreglos", y en la maestría interpretativa de Gema, capaz de elevar hacia la perfección cualquier tema.

Pero Aixa encierra también en pequeño agravio. "Al escribir Aixa, en el fondo, cometí cierta injusticia con el papa", recuerda Vanito. "Él nunca rugió a la niña, como dice la letra, mas bien todo lo contrario. Se trata de un hombre magnífico y un padre maravilloso, al que tengo gran admiración...Quizás cometí cierta injusticia...".

Aixa camina hacia la treintena y vive ahora en Miami. De Oscarito, el niño pistolero, nada sabemos. Gema y Pavel dentro de poco presentan el que será su quinto disco, después del maravilloso Art Bembe. Y Vanito, en breve, hará lo propio con el último trabajo de Habana Abierta, mientras sigue preparando su próximo trabajo en solitario.

domingo, 21 de marzo de 2010

Benny Moré, Mucho..pero mucho corazón




Miguelito Cuní hablando de Benny Moré dijo: "Como sonero: ¡excepcional!, como rumbero: ¡magnífico!, como improvisador: ¡genial!". Pero, sin duda, su prodigioso timbre de voz le consagró también como un extraordinario e irrepetible bolerista. Ver Vídeo





Este bolero de Emma Elena Valdelamar lo grabó Benny Moré en México, en 1951. Lo hizo a dos voces con el cantante mexicano Tony Camargo y acompañados por la orquesta de Chucho Rodríguez. En 1947, Benny Moré había firmado contrato artístico con la discográfica RCA Víctor de México, para grabar con varias orquestas del sello, entre las que se encontraban las de Mariano Mercerón, Rafael de Paz, la mencionada Chucho Rodríguez y sobre todo, la de Pérez Prado.

miércoles, 17 de marzo de 2010

Olga Rivero - Cosas del alma (Bolero) Pepé Delgado



René Espí. Marzo 2010.

En los medios de difusión cubanos (salvo contadas excepciones) hemos venido padeciendo lo que pudiéramos definir como una fiebre del mito, por llamarle de alguna forma a cierta tendencia que ha entronizado el olvido de cantantes, agrupaciones, arreglistas y compositores valiosos, incapaces de conservar -por algún extraño designio- esa frágil pátina que preserva su memoria convirtiéndolos en figuras emblemáticas de la cultura de todos los tiempos.

Su desaparición súbita de los escenarios, en determinados momentos de la historia, provocó su destierro a ese limbo o tierra de nadie, invariablemente acompañados de una sentencia a todas luces inapelable: se fueron. Aunque vale señalar que no pocos de los que permanecieron en la isla también serían incluidos en ese desfavorable status, extendido a la historia escrita en lo sucesivo.

Esta excesiva mitificación ha distorsionado el natural acercamiento a la historia de la música y sus protagonistas, siendo reiteradamente simplificada su génesis con el establecimiento de un exclusivo 'sistema de estrellas' que nada tendría que envidiarle al mismísimo Hollywood. Sustentando estructuras rígidas, datando hechos y fenómenos musicales con carácter inamovible y astronómica exactitud, muchas teorías han sido repetidas hasta la saciedad en igual número de publicaciones. De esta forma han coexistido los textos de verdaderos profesionales de la investigación con otros elementos, definidos sabiamente por el entrañable Manuel Villar como repetidores, y que otro amigo -no menos querido- bautizaría sabrosamente como musulungos, refiriéndose a ciertos musicólogos de escuela.

La tesis de que siempre hubo un antes la establece con su habitual lucidez el maestro Leonardo Acosta en el libro: Otra visión de la música cubana. Siguiendo estas pautas, y entendiendo la música como un hecho vivo, en constante transformación, no es difícil intuir la lógica conexión de las canciones de José Antonio Méndez, César Portillo de la Luz, Rosendo Ruiz (hijo), Ñico Rojas, o Jorge Mazón, entre otros guitarristas creadores, con las de aquellos autores que, a finales del treinta y comienzos del cuarenta, libertaban armonías, melodías y textos: Augusto Tariche, René Touzet, Julio Gutiérrez, Juan Bruno Tarraza, Mario Fernández Porta, Bobby Collazo, Isolina Carrillo, pertenecientes a un importante movimiento de pianistas-compositores (fenómeno que habría que abordar con mayor detenimiento y profundidad). Antes que ellos, a comienzos del treinta, Julio Brito y Nilo Menéndez ofrecían obras decisivas como Mira que eres linda y Aquellos ojos verdes, respectivamente.

Teniendo en cuenta estos elementos es imposible desarraigar al feeling de ese cauce evolutivo, comúnmente influenciado por culturas geográficamente cercanas. Las rancheras y el bolero mexicanos, así como el jazz norteamericano (en particular el swing y el be bop) conquistaron el gusto musical cubano de comienzos del cuarenta.

Sin embargo lo que confirió una cualidad excepcional a los autores del feeling fue su acercamiento a la guitarra desde la perspectiva experimental del autodidacta. Conceptualmente desprejuiciados -al no poseer conocimientos teórico-musicales- incorporaron acordes y caminos armónicos diferentes en sus obras, llegando a estrenar una manera novedosa de ejecutar el instrumento (en el caso específico de José Antonio y César) utilizando sólo el pulgar. No por gusto las obras más logradas del genial Niño Rivera (como aseveraba Ñico Rojas) fueron las que produjo intuitivamente antes de efectuar estudios musicales.

Muchos compositores se apartaron de los esquemas de su tiempo. Entre ellos Justo Fuentes (asesinado en plena juventud por sus pensamientos políticos), Cristóbal Doval, Ernesto Duarte, Pepé Delgado, Eduardo Ferrer, y Ñico Cevedo. Lo mismo sucedería en el campo de la interpretación con Bobby Williams, Francisco Fellove Valdés, Dandy Crawford, Pepe Reyes, Reinaldo Henríquez, Miguel de Gonzalo, Germán Piferrer, Freddy, o Doris de la Torre. De estos autores vale la pena seleccionar al pianista Pepé Delgado, también notable arreglista. Entre sus boleros más celebrados destaca: Cosas del alma. Con arreglo del Niño Rivera nos llega en la voz de una gran cantante cubana, incluida en el enigmático limbo de los que se fueron: Olga Rivero.

domingo, 14 de marzo de 2010

Frank Emilio Flynn - Blues in cha (descarga) G.Piloto-A.Vera, 1959



René Espí. Marzo 2010

'Blues in cha', un tema del célebre binomio autoral filinero que completaron por muchos años Giraldo Piloto y Alberto Vera, nos permite rememorar las primeras sesiones del célebre Quinteto de Música Moderna en los estudios de grabación. Concretamente en los predios de una emisora habanera que para 1959 -con una larga presencia en el éter citadino- continuaba destacándose por sus programaciones de música jazz: la CMOX, el productor Adolfo Seeman hizo posible que quedaran registradas las improvisaciones de Frank Emilio Flynn al piano, Guillermo Barreto en drums, Gustavo Tamayo en güiro, Orlando Papito Hernández en el contrabajo, y Arístides Soto (Tata Güines) en las congas.

Agrupando un selecto repertorio donde sobresalían standars cubanos como: Rico melao (Jorge Mazón), Añorado encuentro (Piloto y Vera), Delirio (César Portillo de la Luz), La gloria eres tú (José Antonio Méndez) y No te importe saber (René Touzet), entre otros, y repartidos en dos volúmenes bajo el sello Tropicana, fueron editadas estas grabaciones a mediados de 1960.
Génesis de lo que es considerado uno de los grupos de jazz más destacados de su tiempo, y haciendo honor a la camaradería de sus integrantes, poco después adoptaron el nombre de Los Amigos. En décadas posteriores completarían su nómina otros músicos valiosos como el contrabajista Orlando López (Cachaíto), el flautista Miguel OFarrill, el percusionista Jesús Pérez, y el violinista Elio Valdés. Siempre nucleados alrededor del inmenso Frank Emilio (La Habana 13 abril 1921-23 agosto 2001) dieron continuidad a un emblema sonoro que, a pesar de los años, mantiene inalterable la frescura.

martes, 2 de marzo de 2010

Doris de la Torre - Canción de un festival



René Espí

El primero en darme la noticia fue el entrañable poeta y colega de la radio: Sigfredo Ariel. Nuestra admirada Doris de la Torre, aquella mítica figura del feeling cubano, casi borrada de las programaciones radiofónicas (podíamos contar con los dedos de una mano quienes las incluíamos en nuestras producciones) desde los años sesenta, cuando se produjo su salida de la isla, estaba de regreso. Pero la buena nueva enseguida cobró visos de tristeza: Doris volvía a su natal Santa Clara por una razón tan sencilla como inevitable; fiel a las estrofas del viejo son de Sindo Garay 'Yo quiero morir en Cuba', Doris había hecho su elección.

Su estilo había comenzado a refulgir entre todo aquella amalgama nocturnal, plena de voces que, a finales de los años cincuenta y principios del sesenta, alimentó los escenarios de infinidad de clubes. En los discos, para sellos como Sonus y RCA Victor, a mediados de esa década, se dieron a conocer algunas de sus versiones más exitosas, acompañada por el quinteto Los Armónicos, dirigido por el talentoso pianista, compositor y arreglista: Felipe Dulzaides. Lindando los sesentas, grabó para Sonotone su producción más recordada por muchos coleccionistas: Tú dominas.
Su temprana presencia en el mercado discográfico de los cincuenta reafirma la acogida del bolero enmarcado en la atmósfera filinera en el público. Demasiado que pedir, además de recordarnos a Doris en su justa dimensión como intérprete, nos permite regresar al rico y vasto mundo composicional de la compositora e investigadora Marta Valdés. Si las canciones de José Antonio Méndez, César Portillo de la Luz, Niño Rivera, Jorge Mazón, Justo Fuentes, entre otros muchos, provocaron ya a finales de los 40 un punto de giro armónico importante, las primeras obras de Marta (surgidas en el panorama musical cubano de 1954) garantizaban la continuidad de ese viraje afortunado.
Doris de la Torre murió en Santa Clara, Cuba, el 9 de junio de 2003.

Wito Koltright - Adórenla como Martí (bolero) Arsenio Rodríguez, 1957



René Espí. Febrero 2010.

Tras una durísima y prolongada huelga de hambre, defendiendo valientemente su condición de preso político, murió Orlando Zapata Tamayo. No olvidemos nunca a este hombre honesto y humilde. Para honrarlo, y desafiar los recovecos mal intencionados del olvido, escuchemos un tema poco conocido del tresero Arsenio Rodríguez. Las sentidas estrofas de 'Adórenla como Martí' se escucharon por primera vez en 1957, en pleno auge la dictadura batistiana, como reclamo al despertar de la conciencia nacional.

Difícil es intentar asimilar una noticia tan lamentable y no sentir que la sangre corre a raudales por las venas, y que -por esas misteriosas conexiones de la mente- se presente claro como un himno este tema de Arsenio, y con él, todo mezclado, la situación actual de la isla y los desvelos de este gran músico y compositor. Hasta el final de sus días demostró amor y patriotismo infinitos e incondicionales hacia su país, y en situaciones adversas, aún para riesgo de su status en un país extranjero y una ciudad como New York, defendió su cultura por sobre todas las cosas. Recuerdo hoy, cómo no hacerlo, la emoción de mi padre refiriéndose a la valiente actitud de Arsenio Rodríguez ante los personeros de la Federación de Músicos de los Estados Unidos, dirigida en 1953 por Petrillo, un oscuro personaje cuyo control sobre el gremio le valió el sobrenombre de Zar de los músicos, y cuyos representantes llegaron una noche al Tropicana newyorquino para impedir la presentación del conjunto Casino.

A la protesta-boicot de algunos músicos radicados en New York (quienes estimaban que el grupo no cumplía con los requisitos legales para actuar en ese país) se sumaba la amenaza de multar fuertemente a los músicos afiliados a la poderosa Federación que, desobedeciendo las órdenes de Petrillo, alternasen con el Casino en el escenario del Tropicana. La presión evidentemente dirigida hacia Arsenio, quien llevaba varios años en los Estados Unidos, no intimidó al músico en lo más mínimo. Como un rayo ripostó: esto ya no es una cuestión de sindicatos, es una cuestión de patriotismo y yo como cubano esta noche voy a tocar en el escenario con el conjunto Casino y los músicos de mi grupo si quieren hacerlo que me sigan, si no subiré a tocar yo solo...

Esta anécdota que conocí por boca de mi padre me acercó para siempre a Arsenio Rodríguez como ser humano, más allá del mito, y me deja percibir el nivel de sinceridad emocional con que tuvo que haber escrito un tema como 'Adórenla como Martí'. La honestidad y decoro de su autor, enraizados en su ascendencia africana, y el profundo respeto a la nación cubana, representan el pensamiento y la valentía de hombres como Orlando Zapata. No olvidarlos nunca, recordar sus acciones, nos hará verdaderamente libres.